miércoles, 6 de abril de 2011

CRONICA Y AGRADECIMIENTO POR LOURDES PORTABELLA



Viaje de Mujeres a la India, con Tali, Mango Shape (febrero 2011)

¡Una experiencia inolvidable!

Si se te presenta esta oportunidad ¡No la dejes escapar!

Este viaje con Tali, ha sido un viaje “diferente”. Me habían dicho que ir a la India era algo excepcional. Ahora lo he comprobado.

Tali decía que era un viaje al exterior y al interior y también lo he experimentado.

En el viaje al exterior, como el que puede organizar cualquier agencia, hicimos todas las visitas de rigor; en Nueva Delhi, el Templo Sikh, el monumento en memoria de Gandhi, el Templo de Lotus, la vieja Delhi, paseo en Rickshwa..., en Jaipur, la excursión al Castillo de Amber Fort a lomos de elefante, el templo de Galtaji (de los monos), el City Palace… en Agra, el Castillo Rojo, la ciudad abandonada, el Taj Mahal…Todo con una organización perfecta y unos guías muy profesionales y muy agradables.

Pero hubo muchas sorpresas agradables que hicieron que el viaje fuera excepcional ya que tuvimos unas vivencias increíbles al compartir con Tali, su experiencia, sus conocimientos, y sobretodo, sus amistades, su pasión y su amor por la vida de la India.
En Nueva Delhi, fuimos a cenar a casa de Monisha, su amiga, y su familia, que nos hizo una demostración culinaria, dándonos a conocer la típica cocina hindú, y recibiéndonos como si fuéramos amigos de toda la vida.

De la misma manera nos recibieron el Sr. Gupta y su familia, que además de ofrecernos un magnífico cóctel, nos enseñaron el arte del sari para aprender a ponérnoslo.

En Jaipur, disfrutamos de un día lleno de emociones y de cariño compartiendo la vida de la familia de Tara en Achrol. La vida de una familia campesina hindú, constituida por el trabajo de la mujer. Preparamos con ellas el Chapati, ordeñamos a las búfalos, comimos, bailamos y reímos, como con los amigos de siempre. Una gran familia con la que nos sentimos muy unidos.

También en Jaipur tuvimos el honor de tener una audiencia privada con la Maharaní Ratna Kumari, con la que mantuvimos una interesante conversación sobre la mujer, la familia y el matrimonio.
Igualmente nos recibieron Sima y Raju, enseñándonos la artesanía del hierro forjado, y enseñándonos el trabajo de la mujer hindú de reciclar los Bangales (pulseras que usa toda mujer hindú) y nos hicimos unos servilleteros incrustando cristales. También nos invitaron a comer y a ver su casa.

Fuimos al Cine, al famoso Raj Mandar, a ver una película hindú, como cualquier hindú que se lo puede permitir.
Otra experiencia maravillosa fue la visita al taller textil en Sanganir, donde pudimos probar sus técnicas, estampando nosotras mismas nuestro propio diseño, siguiendo los consejos del gran maestro.



Pushkar y Rishikesh, merecen comentarios aparte.
En estos dos lugares se siente una energía especial. Quizás porque después del bullicio de las grandes ciudades, y su caos circulatorio, llegar a un pueblecito es encontrar la paz.

Pushkar, con su precioso lago y todo el pueblo a su alrededor, es un remanso de paz y tranquilidad. Allí disfrutamos de la salida del sol, antes de subir al Templo de Savitri, con unas vistas maravillosas.
Fuimos testigos de una ceremonia en el Templo de Brahma, participamos en una “POOJA” (rezo con ofrendas) y de una magnífica puesta de sol en el desierto al que llegamos con camellos, y una cena de gala con danza hindú incluida.

Rishikesh a orillas del Ganges tiene un encanto especial y allí tuvimos unas experiencias increíbles. Fuimos de excursión en 4X4, al Templo de Kunjapuri y allí divisamos y contemplamos la impresionante cordillera de Himalaya. ¡Un panorama inolvidable! Un momento emotivo que ninguna olvidaremos por la vivencia que allí tuvimos compartiendo el recuerdo de Lola por su madre.
Otra vivencia inolvidable fue la meditación que hicimos con un Gurú en la playa del Ganges , sus palabras y el entorno me llegaron a lo más profundo de mi ser.

El grupo era reducido y de mujeres encantadoras; esto hizo que nos sintiéramos todas muy unidas. Tali nos comunicó su cariño e hizo que lo recibiéramos y lo diéramos.

Ha habido momentos de silencio, de reflexión, momentos de yoga, de oración, momentos para la palabra del día”, momentos de “encuentro”, momentos para tomar un “chai” (té), para ir de compras por los bazares, momentos íntimos, emotivos, distendidos, divertidos… 

¡Ha habido de todo!. (Bueno, casi de todo porque momentos para dormir habían pocos).

¡Ha sido maravilloso!

Hemos conectado con la gente de la India, con su forma de vivir, sus creencias, sus religiones, sus miserias, sus riquezas, sus trabajos, su alimentación, su música, sus olores, sus colores….

¡Hemos vivido la India!

Todo lo que digo es poco, no expresa bien lo que he sentido.

 ¡Hay que vivir lo!

Lourdes Portabella
Marzo 2011



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1 comentario:

  1. Yo soy una de las mujeres que fue ha este segundo viaje a la India y la verdad es que me siento totalmente indentificada con la preciosa y clara descripción que hace Lourdes sobre este precioso viaje.
    Lourdes me ha encantado tú crónica,

    Remei

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