lunes, 21 de abril de 2014

Antiguas Civilizaciones: La India

Preparando nuestro próximo viaje de mujeres a India y Nepal para este octubre 2014, han cruzado en mi camino las siguientes palabras de Ramiro A. Calle, con las cuales me identifico y estoy totalmente de acurdo.

Al final os dejo con un interesante video sobre las antiguas civilizaciones de este pais. 


"La India es un país de contrastes llamativos, vivencias profundas, impresiones intensas, que muchas veces le pone a uno contra las cuerdas y abre las espitas del subconsciente para que este irrumpa desmesuradamente. Un viaje a la India es el Viaje. Se convierte en un viaje hacia afuera y un viaje hacia adentro, en un viaje de observación y autoobservación. La India es apasionante y desencadena reacciones emocionales muy profundas que nos dan la oportunidad de observarlas, sobre todo cuando nos salimos de los circuítos turísticos. A veces nos hace gozar y sufrir por igual. Se convierte en un reto, un continuado desafío, salvo que sea un viaje de estricto placer. 

No es de extrañar que la India haya fascinado desde antaño a los pensadores occidentales. Es la patria del yoga y la cuna de las más elevadas y refinadas místicas. Uno debe elegir bien con quien viajar a la India cuando decida hacerlo y tener una idea clara de lo que quiere buscar en ella y cuál es el propósito del viaje. 

 En la India uno va a encontrar una civilización extraordinaria y el viaje puede convertirse en un aprenedizaje espiritual y en una preciosa herramienta de autoconocimiento. La India, ciertamente, no deja a nadie indiferente, y hay que saber fluir y no crear resistencias innecesarias. Pero, más allá de la India territorial, la India está en el propio corazón. Tambien la India tiene muchas sombras a pesar de sus luces, un desbordan materialismo a pesar de su espiritualidad, no poca violencia a pesar de su canto a la no-violencia. Pero la India cala en lo más profundo del que la visita. Como declara Mircea Eliade: "En ella aprendí lo que es la religiosidad cósmica". 

Muy pronto publicaremos el itinerario para el próximo viaje "El lejano Oriente", octubre 2014.


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miércoles, 16 de abril de 2014

Darshan Project: Dioses hindúes recreados fotográficamente

Darshan Project: Dioses hindúes recreados fotográficamente

jueves, 3 de abril de 2014

CRÓNICA DEL VIAJE: “LAS REINAS DEL RAJASTHAN”. OCT 20413


CRÓNICA DEL VIAJE: “LAS REINAS DEL RAJASTHAN”. OCT 2013


La crónica de este año hemos decidido hacerla entre varias mujeres, concretamente dos madres y sus hijas, puesto que ha habido varias en este viaje, y esto lo ha hecho aun más especial. Distintas generaciones, diferente manera de ver las cosas, aunque hemos coincidido en cuanto a nuestros sentimientos hacia la India. Nuestras hijas tenían ganas de averiguar qué tiene la India que al volver parecemos distintas, y el por qué del querer volver a ir, y lo han captado perfectamente. El final del viaje nos lo explicará Laura, otra compañera, puesto que no todas viajamos a Agra para visitar el Taj Mahal.


Es difícil decir exactamente qué es lo que se trae o lo que se deja en cada viaje, pero siempre te renueva y te enseña. Quizás sea por sus gentes o porque ahí, según parece, está la fuente de la espiritualidad, y te impregnas de ella.


Mirando atrás y comparando las distintas zonas de India que hemosrecorrido es difícil elegir una favorita, por su diversidad. Pero el Rajasthan es la región que más identifico con India por lo autentica, lo rural que es, y por sus campos, el desierto, sus maravillosos templos y los palacios.


El comienzo del viaje es emocionante a pesar de ser agotador por los vuelos y las horas empleadas, pero con la ilusión, las ganas de conocer las nuevas compañeras y nuestras energías, se hace totalmente llevadero.



Así que después de hacer escala en el cosmopolita aeropuerto de Estambul, donde nos encontramos con Miriam y Sara de Israel, llegamos a Delhi al amanecer, donde para sumergirnos plenamente en la India, visitamos un templo de Shiva con estatuas gigantes de los dioses del panteón hindú.


Después fuimos en autobús, para tener un pequeño descanso y desayuno, a un hotel cercano al aeropuerto, donde se nos unieron al grupo de mujeres las hijas de Miriam, Dafna, Dorit y Dalit, desde los Estados Unidos y por supuesto, nuestro querido y ya conocido guía, Sandeep, que nos acompañaría y cuidaría durante todo el viaje, como en las ocasiones anteriores. Una vez descansadas y para seguir con nuestro viaje, nos dirigimos con un vuelo interno hacia Udaipur, maravillosa ciudad donde empezó nuestra aventura. 

En total, veinte mujeres de distintos países y continentes, lo cual fue muy enriquecedor, aunque hablásemos distintas lenguas, acabamos entendiéndonos perfectamente.

La comunicación verbal, no siempre es imprescindible, en seguida se establece una complicidad, como si nos conociéramos de años atrás.

Tali, como en todos sus viajes, ha trabajado mucho en este proyecto, y sobretodo con muchísima ilusión, así que empezamos a disfrutarlo desde el primer momento, por los cuidados recibidos y la buena organización.




Día 2 – Udaipur – 25 OCT 2013.


Udaipur nos impresionó a todas desde un primer momento, era una ciudad que te situaba al instante en el Rajasthan. Después de instalarnos en un precioso hotel, salimos a nuestra primera visita al lago Pichula, el más grande de los siete que hay en Udaipur, rodeado de palacios con islas artificiales, y desde una terraza donde degustamos nuestra primera comida hindú, tuvimos el placer de contemplar el colorido atardecer con su cálida brisa, y con una maravillosa vista de la antigua ciudad. 

Después de esto, tocaba experimentar la lenta y divertida situación del cambio de dinero. Seguramente, estuvimos más de una hora y media para lograr que todas cambiáramos nuestros euros, dólares y shekel, pero lo pasamos muy bien sentadas en la calle, observando a la gente que pasaba y ojeando tiendas. Esa noche, al volver al hotel, caímos todas rendidas.






Día 3 – Udaipur – 26 OCT 2013.



Este fue nuestro primer despertar en Udaipur, en el majestuoso hotel llamado Rajputana, que parecía un palacio. Desayunamos, nos preparamos y fuimos dirección al autocar. Ahí Tali nos explicó lo que haríamos ese día mientras nos presentaba el guía, Krishna, ya un nombre con mucho significado. Antes de subirnos al bus, Tali nombró a la mujer que seria su mano derecha durante ese día y le tocó a Susana.

Nuestra primera parada fue en el centro cultural de Bhartiya Lok Kala, un museo de títeres, máscaras, objetos de diferentes etnias, etc. Al final de la visita vimos junto a más público un espectáculo maravilloso de títeres. Éste fue muy gracioso y divertido, los títeres se movían con una soltura espléndida; moviendo las caderas, brazos y cabeza.

Luego visitamos el Palacio de la ciudad, el Sahelion-Ki-Badi, un bello jardín dónde solía pasear la reina. Al entrar te impresionabas por unas fuentes en los laterales del camino, que cuando aplaudías se encendían. Allí Tali explicó la primera palabra del día. Después fuimos a conocer el Palacio de la ciudad, que es el mayor ejemplo real de Rajasthan, construido por varios gobernantes. Al final de esta visita, Miriam y Sara nos enseñaron un baile típico de Israel, y todas acabamos bailando.

Después de ese movimiento, volvimos al hotel, para descansar y reponer para la noche. Pero lo previsto no lo pudimos realizar, porque la India a veces decide lo que es mejor para ti. 


Así que, nos quedamos en el hotel por el tráfico producido por una campaña electoral, y disfrutamos del relax y el silencio del hotel; escribiendo en el diario, bañándonos en la piscina, tomando el sol, gozando los masajes del hotel, leyendo algún libro o simplemente contemplando la tranquilidad y el buen clima de la tarde. 





Viendo los preparativos de la cena, en el jardín, nos vestimos bonito y elegante para hacer el primer encuentro del viaje todas juntas. Como éramos mujeres de diferentes países y con diferentes lenguas, fue más práctico que teórico, no hubo muchas explicaciones. Uno de los juegos que hicimos fue hacernos masajes en grupo, donde cuatro personas hacían el masaje a una persona.


Llegó la cena, con un buffet muy bueno y un espectáculo de baile local, donde nosotras éramos las privilegiadas de sentarnos en una mesa muy larga en dirección vertical al escenario. Disfrutamos muchísimo esa noche, y en su final tuvimos actuaciones propias que recordamos durante todo el viaje.






Día 4 – Udaipur – 27 OCT 2013


A primera hora de la mañana tuvimos clase de yoga. Todas íbamos ilusionadas y con ganas de ejercitar el cuerpo. El caso es que el profesor era… pesado, seamos sinceras. La clase no fue muy buena porque los ejercicios eran duros y más que relajarnos nos dejó más tensas de lo que ya estábamos.

Luego, sí que tuvimos algo muy relajante y placentero, un paseo en barco por el lago Pichula, el mismo que estuvimos el primer día en Udaipur. Duró más o menos quince minutos hasta llegar como a un palacio en medio del lago, en la isla de Jag Mandir, donde tuvimos tiempo para hacer fotos y pasear por el precioso hotel i sus jardines. Finalmente volvimos a tierra firme para ir al mercado de Udaipur. Después de pasear por el mercado hicimos el camino de vuelta para el autocar, por el camino, de improviso, nos encontramos un elefante con su “jinete” los cuales recibieron muchísimos flashes por nuestras fotografías. Y de vuelta al hotel.



La tarde la teníamos completa, primero nos dirigimos al orfanato de la Madre Teresa de Calcuta. Donde estuvimos un rato con los bebés y los niños y niñas, quiénes estaban muy bien cuidados; limpios y bien nutridos; una alegría para nosotras. Nos despedimos de esos adorables niños, que no querían que nos fuéramos. Eso es lo que más impacta, cuando estás a punto de irte es cuando te cogen más cariño, pero ya te tienes que ir.




Entonces nos dirigimos a lo opuesto de lo que habíamos visto hacía unos instantes. Visitamos la casa de una familia rica, atribuida con todas las comodidades.


Nos recibieron fantásticamente, en el salón había un pica-pica antes de la cena, de mientras había una señorita haciéndonos “henna” en la mano. Después de picar algo, tuvimos una clase de cocina con la ama de casa. No la pudimos aprovechar mucho, porque la cocina de esa casa era pequeña para un grupo de veinte mujeres y además el calor de la cocina nos impedía concentrarnos, aunque sí que nos reímos y nos lo pasamos en grande. Después de un tour por la casa y pintadas todas la manos o pies de “henna”, llegó la cena. Había demasiada comida, nos empachamos mucho porque estaba muy buena y disfrutamos cada segundo, con el aire tan bueno de la terraza.




Al terminar, dimos regalos a las mujeres que había, la ama de la casa, Anu, y dos amigas suyas, una de ellas llamada Kristal, y tuvimos actuaciones de todo tipo; desde el propio hindú hasta sevillanas y también una de china-japonesa hecha por la actriz del grupo.
Finalmente volvimos al hotel, muertas después de un día espléndido pero agotador, como todos los que nos esperaban.





Día 5 – Ranakpur – 28 OCT 2013.


¡Adiós Udaipur!
Antes de llegar a nuestra siguiente ciudad y hotel, hicimos muchas paradas. Primero en Eklingi, un lugar espiritual, lleno de templos muy antiguos, señoras vendiendo flores y gente visitando y rezando a los dioses de cada templo. En el templo principal, nos sentamos con la gente natal y contemplábamos como cantaban y rezaban para ese Dios que no recuerdo.
Después nos encaminamos al castillo de Kumbhalgarh, con una parada antes para descansar. Algunas comieron, lo que se dice comer bien; por unos cuatro euros, teníamos más de diez platos llenos de comida, más el fabuloso pan y bebidas. Y otras tomaron el chai, no les hacía falta nada más.

Al terminar cogimos unos jeeps bien chulos y subimos en cinco minutos hasta el castillo de Kumbhalgarh. Allí nos acompañó un guía explicándonos la historia del castillo y otras cosas. Subimos ese inmenso castillo hasta la parte más alta, mientras veíamos poco a poco como el sol se hundía entre las montañas. Finalmente bajamos para irnos al hotel de…

¡Ranakpur!

Ya era tarde y todas estábamos muertas de sueño, pero al llegar al hotel de Ranakpur Hill Resort nos quedamos alucinando todas, como estábamos en fechas del Diwali, la fachada del hotel estaba cubierta de luces de colores muy bonitas. Nos recibieron muy bien, como en el hotel anterior, con una cadena de flores frescas y una sonrisa en la cara. Nos tenían preparado un fuego, en plan hoguera, y chai y té. Fue muy divertido ese momento, todas en círculo alrededor del fuego calentito, charlando y riendo, incluso llegamos a jugar a un juego de esos de campamento, en el cual cada grupo tenía que cantar una canción, ¡eso sí que fue gracioso!
Luego cada una se fue a su habitación después de un larguísimo día muy aprovechado.




Día 6 – Bhenswara –  29 OCT 2013.


Nuestro despertar en Ranakpur fue muy tranquilo. Tali nos llevó de excursión a primera hora de la mañana, antes de desayunar o tomar cualquier cosa, porque dijo que nos tenía una sorpresa preparada; aunque algunas se olvidaron o se saltaron las normas y tomaron su café matutino.



Paseamos por una zona muy verde y limpia. Por el camino pasamos por un poblado donde uno de los trabajadores del hotel vivía, un poblado no muy limpio, en unas condiciones no muy buenas y la casa de ese señor no digamos que fuera una maravilla, ¡aunque estuviera trabajando en el hotel! Pero se les veía felices, que eso es lo más importante.


Al llegar al final de nuestra excursión, vino la parte más bonita. Teníamos delante de nosotras el paisaje más impresionante que había visto hasta entonces en el viaje. Un lago inmenso y bellísimo, brillando y resplandeciendo con cada olita producida por el aire, con unas montañas a lo lejos bien verdes. Ese hermoso paisaje se acompañaba bien con una taza de chai caliente y unas galletas, y después del paseíto esa taza sabía mejor que nunca.





Volvimos al hotel para ducharnos, hacer las maletas y desayunar.
Luego al lado mismo del hotel había un taller artesanal que producía el “duri” una alfombra hecha a mano en esas zonas del Rajasthan. Así que, nos enseñaron como se hacía y entonces nos mostraron todas las diferentes alfombras que tenían en venda. Algunas compraron alfombras, otras pañuelos muy lindos, pulseras, collares…




Entonces nos dirigimos al templo Jainista de Ranakpur, el más grande y

uno de los más importantes de la India. Nos recibió un jini, un sacerdote en la religión cristiana, es decir, una persona muy importante en la religión. Éste nos enseñó como sonaba el gong del templo y nos hizo una meditación donde él nos bendecía y nos deseaba lo mejor.


Finalmente llegamos a nuestra siguiente ciudad del Rajasthan, Bhenswara. Una ciudad pequeñita, al parecer tranquila, aunque al bajar del autocar todos los niños y niñas nos rodearon para conseguir lo que tuviéramos (suena un poco violento o agresivo, pero no lo es…).





El hotel era simplemente abrumador. Un hotel que antes era una vivienda de la misma familia que ahora dirige el hotel y es la propietaria. Un hotel como un palacio de cuento de hadas. Al entrar nos colocaron, en vez de una cadena de flores frescas, un collar de tela de diferentes colores; y nos sentamos en uno de los jardines bebiendo unos refrescos de zumos naturales que nos ofrecieron.




Por la noche nos vistieron con unos saris preciosos, las típicas telas hindúes que utilizan las mujeres. Y nos sirvieron la cena en la parte delantera del hotel, en el exterior y delante de la piscina. Mientras cenábamos sonaba la música que tocaban y cantaban los músicos. Por supuesto, después de cenar, algunas de nosotras bailamos al son de la música hindú.


Y nos acostamos para descubrir lo que el día siguiente nos deparaba. 








Día 7 – Bhenswara – 30 OCT 2013.


Aquella mañana empezó con una preciosa meditación en una de las
azoteas de nuestro hotel, durante el amanecer. Empezar de esta forma nuestro día nos daba muchísima paz y energía para emprender una nueva aventura. Después del desayuno, salimos a visitar el pueblo de Bhenswara por sus calles de tierra, y como siempre en India, la amabilidad de sus habitantes nos permitió entrar en casa de algunas familias, que nos las mostraban orgullosas. Los niños nos seguían allí donde íbamos y continuamente nos pedían que los fotografiáramos, encantados de verse después en aquellas pequeñas pantallas. A continuación, nos montamos en nuestro autobús para viajar a un pueblito cercano a Bhenswara para dar un paseo por el mercado de Ahore, dónde pudimos disfrutar de varias compras y del ambiente previo al Diwali, con los habitantes locales comprando adornos y vestidos especiales para los niños.

Al volver al hotel para tomar un almuerzo, el dueño de este trajo a los niños del pueblo para que pudieran recibir los pequeños regalos que habíamos traído de nuestras casas: libros, libretas, lápices de colores, adornos para el pelo… Nos sorprendió de nuevo, el gran agradecimiento que los niños mostraban por el más mínimo detalle, lo respetuosos que eran entre ellos y las enormes sonrisas que nos mostraban.

Aquella tarde, fue mágica. El dueño del hotel y otros trabajadores nos llevaron en jeep a visitar poblados rurales de la región, donde la gente estuvo encantada de recibirnos y de mostrarnos sus casas, pozos de agua limpia y animales. Sentí aquí cierta impotencia al ver que los regalos que habíamos traído de occidente, eran insuficientes, ya que la cantidad de niños que había en cada pequeño pueblo era asombrosa, y que había carencias materiales enormes, aunque nunca faltaban las sonrisas y los gestos de cariño por parte sobretodo, de las mujeres y los niños.

Nuestra tarde acabó en el desierto, observando la puesta de sol en un sitio que apenas había podido imaginar que existiera. Las montañas que nos rodeaban eran increíbles, y fue ahí donde comprendí el significado del silencio absoluto y de la fuerza de la naturaleza.

Tomamos en este ambiente un chai, y ya en la máxima oscuridad del desierto, regresamos al hotel.
Al volver a nuestras habitaciones,  nuestra querida Tali había dejado una sorpresa en nuestras camas: un traje de Diwali para cada una, para poder vestir esa noche en nuestra celebración particular de la fiesta, ya que aunque no era estrictamente la noche del Diwali, muy acertadamente la celebramos en ese ambiente tan rural y tranquilo. Comimos y bailamos con la música en directo que tocaron los chicos del hotel, y con alegría y cansancio, nos acostamos sabiendo que al día siguiente dejábamos ese maravilloso lugar y partíamos hacia Jodhpur, la ciudad azul.

Aquella mañana, cuando salimos del hotel para cargar nuestras maletas al autobús, los niños del pueblo nos esperaban para mostrarnos los dibujos que habían hecho con los regalos del día anterior, y todas dejamos Bhenswara con una sensación sobrecogedora y alegre en nuestros corazones.



Día 8 – Bhenswara/Jodhpur – 31 OCT 2013.


Después del viaje hacia la Jodhpur, de habernos instalado en el hotel y de tomar ahí un tentempié, partimos hacia el fuerte Mehrangarh, lugar desde el cual pudimos observar las increíbles vistas de la ciudad azul, cosa que supuso un gran contraste teniendo en cuenta el lugar tan rural del que veníamos.

Al bajar del fuerte, nos dirigimos a pie hacia el mercado de la torre del reloj por unas calles muy empinadas que casi suponían un reto. La plaza donde se encontraba el mercado, estaba llena de gente comprando y vendiendo a pesar de ser la última hora de la tarde, y por primera vez en nuestro viaje, la vuelta a casa la hicimos en rickshaw, unos vehículos motorizados en este caso, que para nosotras, eran más una atracción que un medio de transporte, por lo divertidísimo que resultó montar en él.




Durante la cena en nuestro hotel, donde pudimos comer un pollo braseado delicioso, nos visitó el padre del dueño, con el que pudimos compartir un cocktail y algunas experiencias.



Día 9 – Jodhpur/Pushkar – 01 NOV 2013.



Esta mañana emprendimos el viaje hacia Pushkar con una gran emoción, las veteranas porqué se reencontraban con su adorada ciudad y las novatas porqué íbamos a conocer las maravillas de ese lugar. Por el camino, paramos en un auténtico “bar” de carretera rajasthaní para comer algo ligero y continuar el viaje. Ahí no había ni rastro de turistas, y la gente local nos miraba con amabilidad, y se reía a causa de la curiosidad que les producía un grupo de mujeres viajando solas, comiendo en un lugar como aquel, fumando tabaco y riendo continuamente.

Al llegar a Pushkar tuvimos que aparcar fuera de lo que era la zona sagrada de la ciudad, ya que ahí no se permiten coches, y nada más bajar del autobús, sentimos que habíamos llegado a un sitio especial. Nuestro hotel era una maravilla, un antiguo palacete con vistas al lago de Brahma, las mejores vistas de Pushkar.









Tuvimos esa tarde libre, para poder pasear, comprar, conocer gente… Personalmente me enamoré al instante de la ciudad. Al atardecer, muchas de nosotras nos sentamos cerca del lago a ver la puesta de sol, rodeadas de sadhus meditando, monos que vigilaban de cerca si comíamos algo delicioso y la increíble energía que ahí se respiraba. Por la noche cenamos en la terraza del hotel e hicimos un encuentro dedicado a crear un círculo de energía.










Día 10 –  Pushkar – 02 NOV 2013.


Nos levantamos muy temprano, antes de la madrugada, a eso de las 05:00, para poder llegar a la cima de la montaña y contemplar el amanecer. El autobús nos llevó a los pies de la montaña y de allí subimos acompañadas de los primeros rayos de sol, cada una a su ritmo. Llegamos a la cima con total harmonía con el sol. Una vez allí apareció el sol detrás de las montañas. ¡Que vista más increíble! Pudimos apreciar el amanecer con todo nuestro corazón en total paz y tranquilidad, fuimos testigos del nacimiento de un nuevo día, qué milagro… Entramos al templo de Savitri, la primera mujer de Brhama (el dios creador), que a continuación a un suceso-que explicaremos en otra ocasión-  se decidió quedar en la montaña, observar a Bramha desde allí, y no bajar más. Allí hicimos una meditación con el calorcito del sol acariciando nuestras caras y las campanadas del templo con sus devotos acompañándonos.

A continuación tomamos unos de los mejores chai que tomaríamos en este viaje, valía la pena subir para poder disfrutar y saborear tanto un chai. Nos acompañó una familia entera de monos que viven ahí, y con nuestro guía local Lala, improvisaron un espectáculo saltando desde su cabeza, comiendo galletas. Al final también se apoderaron de nuestros frutos secos… Regresamos al hotel para desayunar y seguir el día que había comenzado de una manera muy especial.




Día 11 – Pushkar / Jaipur – 3 NOV 2013.


Empezamos la mañana con una clase de yoga en la terraza del hotel, acompañadas por el amanecer de un nuevo día. Con un magnifico profesor de yoga, que además de ofrecernos una bella clase, nos dio más consejos para la vida. Y nos dijo que para mantener una buena salud solamente se necesitaba practicar a diario el Surya Namascar (el saludo del sol). Eso sí, varias veces. Tocaba despedirse de Pushkar, una misión no muy fácil, ya que aquí siempre queda una parte de nuestro corazón. Nos despedimos sabiendo que algún día volveríamos.

Viajamos a Jaipur, la ciudad rosada, la capital del Rajasthan, una ciudad grande y colorida. Nosotras llegamos en la víspera del Diwali, noche de petardos y fuegos artificiales, un poco como San Juan, pero al estilo hindú, todo, de todo. Y así nos encontramos con las calles de la ciudad abarrotadas de gente que hacían sus últimas compras de ropa y dulces. Las tiendas acababan ya con los últimos preparativos, casi listas para el rezo, la bendición del sacerdote, con el incienso, las velas, las estatuas de los diferentes dioses… Todo adornado y preparado para celebrar la más importante de las fiestas hindúes: la fiesta de la luz, el año nuevo, que significa en la religión hindú la victoria del bien sobre el mal

Empezamos la visita de Jaipur, en el complejo del palacio de la ciudad y Jantar Mantar, el observatorio astronómico de la ciudad construido por el Maharajá de Jaipur Jai Singh II entre los años 1724 y 1730, el cual sigue todavía funcionando... En la entrada al complejo nos encontramos con el mercado “negro” o de último momento de petardos. Una imagen inolvidable, ya que cada uno quiere tener algo de explosivos para poder celebrar el Diwali como dios manda.

Por la tarde gozamos de otra experiencia inolvidable llena de música y colores ya que fuimos al cine Raj Mandir a ver una película de Bollywood. Este cine es una sala de lujo, que hasta hace unos años era la más grande de Asia. Vimos una película recién estrenada llamada: “Krrish”, un superman al estilo hindú, que salvaba el mundo. Por supuesto que no faltaron las canciones y el tema principal tenia (como no), una frase en español: “Hola amigo…”.


Cerramos la noche con una cena lujosa en nuestro moderno hotel, y aprovechamos que desde la terraza podíamos disfrutar del increíble espectáculo de petardos que iluminaron y adornaron el cielo de la ciudad de Jaipur en la noche del Diwali.




Día 12 – Jaipur / Delhi – 4 NOV 2013.   



Aquella mañana fue otra afirmación para recordarnos que éramos Las Reinas del Rajasthan. Subidas a lomos de elefantes subimos hasta la fortaleza de Ambar, una de las fortalezas más bellas de todo Rajasthan, donde el Maharajá de Jaipur solía pasar los calurosos veranos. Para las viajeras más veteranas -que ya conocían la ciudad de Jaipur de anteriores viajes - se les ofreció otra opción: una mañana muy personal, visitando un médico ayurvedico, tomando un verdadero Lassi (una bebida típica con leche de búfala) en vaso de barro, y un paseo por las calles del mercado de Babu Bazzar.


Una vez nos volvimos a encontrar todas, tomamos rumbo al pueblo de Achrol para visitar la familia de Tara, en su aldea. Siempre que en los viajes de Mango Shape hemos visitado a esta familia, que son amigos de Tali desde hace muchos años, nos han recibido con las manos abiertas, y este año no fue una excepción, mostrándonos su casa, como vive una familia unida en el campo, en India. Nos ofrecieron un típico pica-pica de la región, en el que no faltó un buen chai de leche de búfala de su propia granja.

Esta vez se sentía algo de tristeza en el ambiente, ya que el padre de
Tara, el cabeza de familia, había fallecido pocos meses antes, cosa que también nos permitió observar como se vivía el luto en una familia hindú. La India es un país de extremos, en donde al final de todo se manifiesta en perfecta harmonía.




Al dejar la casa de Tara, con poco hambre, paramos en el McDonald’s de Jaipur, para  tomar un breve almuerzo antes de nuestra nueva aventura: un viaje en el tren Shadabdi.

Llegamos con tiempo a la estación de tren de Jaipur, para vivir el ambiente de la estación: familias enteras esperando su tren, los porteadores de maletas, la gente que aprovechaba el tiempo para echarse una siesta en el suelo de la estación, ante la larga espera de su tren… Así como la gente que vive del negocio del tren, la gente que pide, que vende candados, los puestos de revistas, té chai y comida. Nuestro tren rumbo a Delhi era muy cómodo y bastante nuevo. Durante todo el viaje nos ofrecieron agua, té, comida, periódicos… Sin duda fue una inolvidable experiencia. Llegamos cansadas y llenas de experiencias a nuestro último destino del viaje, a la enorme ciudad de Delhi.




Día 13 – Delhi – 5 NOV 2013.


Delhi la capital de India. Una gran ciudad, de unos 20 millones de personas que la cruzan cada día. Lo cual se nota en la contaminación, el cielo brumoso, con los cuervos, el tráfico y la multitud de gente. Pero Delhi es mucho más que esto, y estábamos a punto de descubrirlo... Empezamos el día con un viaje en rickshaw de bicicleta por la Vieja Delhi.

El paseo fue por las estrechas calles del gran mercado de Chandi Chuck, por las callejuelas de los Saris, joyas y especias… Fuimos testigos de cómo se levantaba un nuevo día en el mercado. De allí fuimos a conocer la Nueva Delhi: el Parlamento, la residencia del primer ministro y la Puerta de la India. Pasando por las amplias, limpias  y verdes avenidas; por diferentes embajadas y casas residenciales, un ambiente bien diferente del que veníamos en la Vieja Delhi. Visitamos el Raj Gath (significa patio real), un memorial en recuerdo al líder hindú, Mahatma Gandhi. Dedicamos este ambiente y este momento para el último encuentro de grupo, el cierre de nuestro viaje, ya que nuestras viajeras americanas se iban a despedir de nosotras a última hora de esa misma tarde, partiendo en su viaje de regreso a casa. Formamos un círculo en plena naturaleza, con las energías de Gandhi acompañándonos, y compartimos nuestros aprendizajes del viaje...




Y ahora tocaba hacer últimas compras. Empezando por el centro de Delhi, Jan Path y continuando por el complejo de Santushti, ya que había que volver a casa con los encargos de la tienda Anokhi.


Cerramos nuestra última tarde con una invitadación a un cocktail en casa del señor Gupta, dueño de Paradise, donde no faltó el alcohol y los buenísimos y típicos pica-picas hindúes. Esta vez también tuvimos una tarta con velas para celebrar el quinto viaje de mujeres a la India de Mango Shape. Nos vestimos con Sari, bailamos, y descubrimos nuevas estrellas entre nosotras, actrices con talento hasta para bailar estilo Bollywood con los jóvenes y dejarlos sin aire… 

Cerramos el día con una cena a una hora temprana, despidiéndonos de Dorit, Dalit y Dafna, que volvían a sus casas en Estados Unidos… a ellas, les esperaba un largo viaje de más de 30 horas hasta llegar a su casa. Por otra parte, también tuvimos que despedirnos de Ángeles, Pili, Laura y Silvia que extendían su viaje un día más, para conocer el Taj Mahal, en la ciudad de Agra. Las últimas horas antes de tomar nuestro vuelo rumbo a casa la dedicamos a descasar y a reírnos mucho entre todas, reviviendo juntas nuestras aventuras de este increíble viaje. Mientras la mayoría de nosotras nos íbamos a trasladar al aeropuerto internacional de Delhi para tomar nuestro vuelo rumbo a casa, las que quisieron extender su viaje al Taj Mahal se dirigían a la estación de tren.




Relato del Viaje a Agra.       


A primera hora de la mañana volvemos a la estación de tren de Delhi, esta vez para pasar el día en Agra. Vemos porteadores, vendedores ambulantes, mendigos, vacas sagradas, perros salvajes, niños y muchos viajeros apresurándose e incluso cruzando las vías y subiendo al tren en marcha. Añadimos un episodio más en la experiencia india por sus ferrocarriles!


Tenemos dos horas por delante para mirar al otro lado del cristal, descansar, comer lo que nos ofrecen, etc.  No obstante, llegar a Agra y sentir el magnetismo del Taj Mahal fue el mejor final para el viaje.


El guía local nos recibe en Agra, antigua capital de la dinastía Mogol. Por el trayecto nos cuenta con divertimento las venturas y desventuras del Palacio del amor, el Taj Mahal. Dominando el sagrado río Yamuna, el Taj Mahal, fue el emperador Shah Jahan quien decidió en 1632 construirlo en honor a su queridísima esposa, Mumtaz Mahal, muerta al dar a luz a su noveno hijo.

Es el mausoleo más famoso del mundo y pese a todo sorprende mucho a su llegada. Sorprende el espacio inabastable y la blancura resplandeciente de su cúpula sobre el cielo anaranjado de la atmosfera de la India. Los ojos desean fotografiarlo todo, por suerte el guía nos hace de fotógrafo experto y nos muestra los mejores rincones para inmortalizar el momento.

Entre los detalles nos quedamos con el mármol purísimo, decorado con piedras preciosas incrustadas tan perfectamente que parecen pintadas. Nos admiramos también por la exquisita caligrafía con la que están escritas las citas árabes del monumento.
 
Muestra que la India es una sucesión de sorpresas es el Castillo Rojo, pues después de visitar el Taj Mahal uno no espera encontrarse con una fortaleza palaciega tan imponente edificada con piedra roja. Los jardines y los múltiples arcos, demuestran el gusto artístico de los soberanos mogoles, donde estuvo encerrado el mismo Shah Jahan, encarcelado por su hijo y desde donde observaba el Taj Mahal en los últimos años de su vida.



El día se completa con la visita a un taller de artesanía de mármol con incrustaciones preciosas, trabajo impresionantemente detallista.

A última hora de la tarde, de regreso a Delhi con el tren, nos domina el cansancio del día y del viaje intenso y nos dejamos llevar para pasar la última noche en la India. La vuelta a casa nos espera! Eso sí, nos vamos con la maleta llena de experiencias compartidas con el grupo y con la Madre India!

Todas estas experiencias contadas aquí, fueron acompañadas de momentos de silencio, de meditación, de risas y alguna lágrima, de intervenciones individuales y encuentros grupales para quien quisiera aportar algo o compartir sentimientos. Lecturas de cuentos y de la palabra del día, en este viaje dedicada a los colores (cada día uno distinto, con sus cualidades, su significado, sus matices…).

Solo decir que a la vuelta, algunas de nosotras nos hemos seguido reuniendo para recordar y compartir, y todas tenemos sentimientos parecidos, de nostalgia, de muy buen sabor y de mucho agradecimiento. Como siempre, la Madre India dejó una gran huella. Gracias a todas.



El sol no espera a que se le suplique para derramar su luz y su color. Imítalo y haz todo el bien que puedas sin esperar a que se te implore”.  Epicteto. 







OCT - NOV 2013

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