lunes, 26 de diciembre de 2011

CRONICA DEL VIAJE DE MUJERES AL PARAISO VERDE: LAS HIMALAYAS -SOLO TEXTO - . POR BELÉN HITA







CRÓNICA DE UN VIAJE: OCHO MUJERES EN LA INDIA Y EN EL HIMALAYA
Llegada a Barcelona y encuentro de mujeres viajeras del pasado octubre. Fueron momentos de sorpresa por compartir una deliciosa cena en casa de Rosa, la alegría del encuentro, la emoción del viaje y los recuerdos de nuestra India compartida.


Primer día (martes 11/10/11)
Hubo un sincero brindis entre las que se aventuraban por segunda vez hacia la India y entre las que apenadas se quedaban, con la promesa de regresar todas juntas en otra ocasión.



Segundo día (miércoles 12/10/11)
Encuentro en el aeropuerto. Ahora sí que estábamos las ocho viajeras decididas. Cinco mujeres se abrazaron con la complicidad del reencuentro por emprender esta segunda aventura; los otros abrazos fueron los propio s de la emoción por todo lo que quedaba aún por compartir entre Tali, Rosa, Antonia, Maite, Blanca, Pilar, Antonia y Belén.


Tercer día: (jueves 13/10/11)
Nos trasladamos a la estación de tren donde nos esperaba nuestro querido y bien conocido Sandeep, quien nos acompañará durante el viaje.
La estación sigue siendo ese lugar tan indio donde se pueden apreciar castas, colores, olores, caras y sectas que conviven en este gran país.
El tren sigue siendo por excelencia nuestro medio preferido para viajar; es cómodo y nos permite descansar, observar, leer y compartir imprevisibles desayunos.

Ya en Agra, visitamos el Castillo Rojo, una maravilla de color, arquitectura y frescura, lugar que sirvió de cautiverio a un rey enamorado que concedió a su joven esposa su último deseo: el Taj Mahal. El hijo mayor de ambos encerró a su padre el rey, para que éste no construyera un segundo mausoleo. El Taj Mahal es de inspiración romántica, una maravilla de formas sensuales, simetrías y redondeces, que transmite sensaciones muy especiales. El mármol blanco se torna rosado con la caída del sol, a diferencia del color grisáceo que le proporcionó la neblina del año pasado.

En el museo de Agha Khan apreciamos los bellísimos tapices bordados en seda y piedras preciosas de Shams. Son de tal hermosura que hubo lágrimas de emoción entre algunas viajeras que los veían por primera vez.
La tienda de joyas te sumerge en un despliegue de maravillosas piedras montadas en impresionantes diseños que reflejan la opulencia de la corte mogol.



Cuarto día: (viernes 14 /10/11)
El Shatabdi Expres de literas nos impresionó por su aspecto de años treinta desaliñados, pero tratándose de mujeres, rápidamente adecuamos las mantitas de uso para todo, chales y nuestra Antonia con su fli, fli, no recuerdo para qué. Fue el desplazamiento más entrañable que hicimos y quedará siempre en nuestro recuerdo. Compartimos risas y bromas.

Llegamos a Delhi con mucho calor y saboreamos ricos manjares en un restaurante oriental de buena fama y carta.

Por la tarde visitamos el Templo del Loto de Fe Bahai. Espacio abierto a todas las religiones. Su arquitectura es de mármol, cemento y arena; es el principal templo de la India para representar a la más joven de todas las religiones independientes del mundo. Se encuentra en Kalkaji, al sur de Delhi, y está considerado como el "Templo Madre" del subcontinente indio.

La estructura del templo tiene forma de loto medio abierto, símbolo de la paz, la serenidad y la flor nacional de la India. El número nueve tiene un gran significado en la fe Bahai y simboliza las nueve principales religiones del mundo. Está rodeado por nueve estanques y grandes extensiones verdes. Los pétalos de mármol del templo se organizan en grupos de tres
para formar nueve caras y sus nueve puertas dan al pasillo principal.
En el Templo del Loto es necesario mantener silencio.

En rickhsaw llegamos al hotel Jyoti Mahal, en Pharaganj, el barrio de los mochileros, donde esperaban nuestras maletas curiosamente atadas todas juntas con cuerda. Por la noche fuimos de compras al bazar de Chandni Chowk. Había mucho movimiento y bullicio, gente comprando, mujeres con henna y un animado concierto en la calle de nuestro hotel.
Era la festividad en que la mujer ayuna por la salud de su marido, hasta el momento en que éste le comunica que ha visto la luna y ella rompe el ayuno.



Quinto día: (sábado 15/10/11)
Tomamos el tren que tardaría siete horas en llevarnos a Amritsar, cerca de la frontera pakistaní, en el estado de Punjab. Nos encontramos con una ciudad plagada de inmensos carteles publicitarios y cables colgantes allá donde miraras.

Por otra parte, es la cuna de los sijs, casta guerrera que llevan en las venas y físico; son hombres altos, fuertes y bellos; tapan su largo cabello con turbantes de colores que les dan un aspecto elegante y varonil.

Por la tarde asistimos al doblamiento de banderas en la frontera entre India y Pakistán. Caminamos por la cola de las ladies y los hombres por la de los gents, para asistir al acto. A la derecha estaban los hindúes y a la izquierda los pakistaníes, separados por una puerta de hierro enrejado y las dos banderas. Hubo vítores, cánticos, música, desfiles espectaculares de soldados esbeltos y con sombreros de pavo real. Se abre la
reja, se bajan las banderas y se doblan. Esta ceremonia se realiza diariamente todas las tardes a la misma hora con la puesta del sol.

Visitamos el templo dorado de Amritsar. ¡Qué maravilla! Es sublime, divino,
impresionante. Los sijs lo consideran su templo más sagrado y deben peregrinar allí, para orar y ofrecer sus plegarias, al menos una vez en la vida. El décimo gurú instituyó el culto sij en el año 1699, dotando a los sijs de una identidad como religión independiente y designó al libro sagrado Gurú Granth Sahib como undécimo y definitivo gurú a perpetuidad. El libro sagrado de los sijs ha sido escrito por los propios fundadores de la religión en varias lenguas, y se guarda en el Templo Dorado, aunque existe una copia en cada templo. A cada ejemplar se le trata como si fuera una persona viva, acostándolo en una cama enel templo cada noche y abanicándolo.



Sexto día: (domingo 16/10/11)
A la salida del comedor nos sentamos en un lateral del estanque frente al templo; salía el sol en el momento de la oración y meditación junto a los sijs allí reunidos. Cuando el sol brilló, iluminó el Templo Dorado, que lucía ante los sijs, de todas las edades, y ante nosotras que estábamos sumidas en una gran emoción.

Seguimos viaje en 4*4 camino de Dharamsala. En el camino paramos en una fábrica de ladrillos, donde nos impresionaron las condiciones de trabajo y las edades de los niños que allí trabajan.

Esa tarde llegamos al estado norteño de Himachal Pradesh, capital del
exilio tibetano.





Séptimo día: (lunes 17/10/11)


Después de la ocupación china del Tibet en 1959 y del genocidio del pueblo tibetano, cien mil refugiados siguieron al Dalai Lama al exilio. Miles de niños quedaronhuérfanos, indigentes, afectados por la guerra, el hambre y la separación de sus familias, de su cultura y de su país.

El Dalai Lama comprendió que el futuro del Tibet y su pueblo era la nueva generación, y preocupado por esto y por el sufrimiento de los niños, propuso el establecimiento de un centro especial que se dedicara al cuidado y formación de los niños y jóvenes, siguiendo un sistema escolar en lengua tibetana, cuya base fuese la identidad cultural tibetana y que ofreciera a los niños afecto, calor y seguridad, elementos esenciales de
una familia normal.

Hoy en día es una comunidad integrada y organizada, donde los niños viven en grupo en unas casitas típicamente tibetanas llamadas khimtsang, dirigidas por dos padres adoptivos. Cada casa está equipada de una cocina y de habitaciones donde viven los niños como hermanos que forman parte de una familia.

Se les transmite un profundo conocimiento de la riqueza cultural tibetana, la aspiración de retornar a su patria y se les ayuda a confiar en ellos mismos y a ser miembros activos de la sociedad y del mundo.
Hoy en día existen en India tres pueblos de niños, ocho colegios y otros centros dedicados a la población exiliada del Tibet.

Senderismo a través del Himalaya las ocho mujeres con dos guías, Sandeep y Yoni hasta el pueblo de Dharamkot. El paisaje es de gran inmensidad y al final del camino nos encontramos con un gurú tibetano que nos habló de su niñez y de las torturas sufridas por él y su familia en China, y cómo decidió dedicarse a la vida de monje.
Meditamos todos juntos en un ambiente de serenidad y unión.

Hoy en día él ora por los torturadores de su familia y de él mismo.
Enseñanzas del joven y moderno chef: hay que ser meticuloso, sencillo, cuidadoso y muy detallista.

Por la tarde compritas en el mercado de Mcleod Ganj; conocimos de cerca el carácter de la gente de esta zona del Himalaya: son afables, amables y muy tranquilos. Estábamos en un pueblo de India, pero se respiraba otra cultura que hacía parecer que estuviésemos en otro país, el Tíbet Indio, con sus monjes budistas que junto al Himalaya hacen comprender su forma de vida y su lucha por mantener viva e intacta la cultura de los miles de tibetanos que allí habitan.

Ya en la tranquilidad y recogimiento del hotel, tuvimos nuestro primer encuentro de grupo. Las mujeres son seres sensibles y emocionales, pero a la vez fuertes y decididas, que saben lo que quieren y luchan por conseguirlo.


Octavo día: (martes 18/10/11)
Cambiamos de ambienta radicalmente, pasando a la cocina tibetana del fantástico y habilidoso cocinero Sangye`s. Nos enseñó mediante la manipulación de los alimentos a preparar los exquisitos momos y salsa para chapatis. Nos invadimos de sabores y olores culinarios de la zona: guindilla, queso fresco, cebolla, yogurt, hierbas, picante, ajos, espinacas, zanahoria…. y mucho jengibre. Finalmente y después de amasar ingredientes y risas, nos comimos nuestros maravillosos momos y más sorpresas preparadas por
nuestro joven chef.

Enseñanzas del gran gurú: debemos trabajar nuestro interior diariamente, nuestro ego, nuestra constancia, controlar la ira, la violencia, la envidia; hay que ver venir los momentos y aprender a controlarlos. Es necesario meditar a diario.
Comenzamos el día con yoga para preparar nuestro cuerpo, alma y mente.
Visitamos el instituto Norbulingka, donde se trabajan varias disciplinas con el espíritu e intención de conservar el arte y cultura tibetanos. Hay talleres de metal, madera, maravillosos mandalas, bordados, telares,… y los jóvenes son instruidos por maestros. Con los ingresos de las ventas de los trabajos, se abonan los salarios de los cuatrocientos empleados que trabajan en el instituto.

Es un lugar tranquilo, muy bello, con jardines, agua y con un maravilloso templo lleno de colorido, donde las ocho mujeres nos sentamos para meditar.
Hicimos senderismo con el Himalaya a nuestra izquierda. Fue uno de los tantos momentos de silencio y meditación en movimiento. Este viaje está predominado por la madre naturaleza.

Nos dirigimos a la casa de la familia Neharia; viven en la montaña y tienen una bella casa que comparten la madre, sus cuatro hijos, las esposas y los nietos. Al igual que todos los hogares en India, se rige por el matriarcado de la abuela, que es la dueña de la casa.

Es una casa sencilla, luminosa, soleada y con espacios independientes para las unidades familiares que allí conviven, junto a la matriarca de 79 años; mujer seria, bondadosa y castigada por la vida, que rige y gobierna la gestión del hogar. Nos ofrecieron un almuerzo casero preparado por las mujeres de la familia y servido por un par de mocicos que parecían contratados para la ocasión. Hubo una sorpresa por parte de las mujeres de la familia: henna para las ocho mujeres.
Ya por la tarde regresamos caminando hasta los 4*4 que nos condujeron al monasterio de las monjas tibetanas Genden hoeling en Mcleod Ganj para asistir a la pooja que realizan todas las tardes. Fue un momento glorioso; monjas de distintas edades, desde muy jóvenes a muy viejitas, todas con las cabezas rapadas y sus túnicas granate; llevando al unísono un ritmo y tono de oración sublimes. ¡Qué lejanas parecían! Y sin embargo, mujeres como nosotras.
Visitamos el templo Namgyal, alojamiento del Dalai Lama, que nos sorprendió por su sencillez y su aspecto arquitectónico.
El camino llamado Kora, rodea la colina en la que se encuentra el templo principal; un sendero se interna en el bosque. A lo largo del camino se encuentran piedras talladas con mantras en sánscrito y oraciones, y multitud de banderas tibetanas de colores con sus oraciones e hileras de ruedas de oración y altares y así hasta llegar al otro lado del templo.
Con la caída de la tarde nos deleitamos con las tienditas: tejidos, plata, oro, chales, sándalo y la rica conversación con la gente y los tenderos.


Noveno día: (miércoles 19/10/11)
Hoy emprendemos camino hacia Manali, 260 km, que en 4*4 se traduce en ocho horas de comunicación con una sinfonía interminable de claxon y un tráfico aterrador al que te llegas a acostumbrar, incluso a tomarle gustillo por la subida de adrenalina. Antes nos preparamos en una recachica al sol para tomar energías, preparar los músculos y dar agradecimiento por este maravilloso viaje.

Comenzamos el trayecto y por supuesto éste no nos defraudó; el camino está en plena naturaleza, por lo que el viaje en 4*4 por una de las carreteras más altas del mundo aseguraba la aventura. El valle de los Dioses es una maravilla de naturaleza exuberante, llena y plena de vegetación, no le falta detalle: palmeras, agua, árboles,…y el imponente río Beas.
Visitamos la fábrica de los muy famosos chales de Kullu, observamos el arte de tejer y dimos rienda suelta a la alegría de comprar chales de lana de maravillosos diseños y colores.


Décimo día: (jueves 20/10/11)
¡Qué maravilla de paisaje solo abrir los ojos! Todo es naturaleza, montaña, agua, olores,..

Manali forma parte del distrito de Kullu y se encuentra entre las estaciones de montaña más bellas de Himachal Pradedesh. Está a una altura de 2.050 metros sobre el nivel del mar y su belleza se potencia por la presencia del Río Beas.
Visitamos el templo Vashishtha y nos bañamos en las aguas termales sulfurosas y ardientes que proporcio nan beneficios medicinales. La temperatura ardiente del agua contrasta con el frío ambiental, ya que el baño es descubierto; el cielo le suma más encanto si es posible.

Coincidimos con mujeres nativas y con una joven y bella neoyorkina que reside en Manali hace quince años; casada con un nativo con el que tiene cuatro hijos y uno en camino. Su rostro transmitía madurez, serenidad y felicidad. Nos comunicó las dificultades de su vida, compensadas por la convivencia con gente tan maravillosa y una vida tan llena.

Fuimos al valle de Solang donde la gente va a hacer parapente, esquí,  competiciones, juegos, tomar té y disfrutar de la naturaleza.
Nosotras aprovechamos para andar, meditar, escuchar la naturaleza
y hacer balance del viaje. Menos arriesgado y más saludable.
Visitamos el Templo de cuatro Pagodas dedicado a Hadimba Devi
que consta de 4 niveles en forma de pagoda de techo y hermosas
esculturas mitológicas.
Paseamos por las aldeas de la vieja Manali y pudimos apreciar la sencillez y belleza de las casitas típicas de madera del pueblecito de Vashist.
Meditación, leída de mano, oportuna y deliciosa picada y té a la orilla del acaudalado y plateado río Beas. Fue un momento de silencio y potente naturaleza que nos sumió en el descanso después de todo un día de emociones.


Undécimo día: (viernes 21/10/11)
Nos despedimos de Manali con gran pesar de abandonar tanta belleza y nos dirigimos por una carreterita de 50 km., traducidas en dos horas de viaje hasta Naggar para visitar su bello castillo vend ido a los ingleses y convertido en hotel.

Seguimos por una carretera tremenda que recorre a media ladera el valle del Parvati, con unos precipios imponentes, hasta Manikaran, un templo sikh o gurdwara, lugar famoso de peregrinación en las estribaciones del Himalaya.

El lugar es famoso por sus aguas termales que emergen a alta temperatura.
El río desciende muy potente y sus aguas heladas al encontrarse con las hirvientes producen brumas. En su interior nos adaptamos a la penumbra y encontramos dos piscinas donde los hombres se bañan y otra para las mujeres. Las paredes ennegrecidas rezuman humedad, hileras de grifos despiden agua hirviendo y en una alberca burbujeante se cuecen el arroz y
los garbanzos que el templo ofrece a los visitantes.
Nos bañamos en un ambiente de penumbra junto a otras mujeres y nos proporcionó una experiencia gratificante en todos los sentidos, que compensaba el camino de llegada y aliviaría el de regreso. Seguimos camino de Kullu, parando antes en el mercado de Casol. Este es un destino habitual de hippies occidentales por su paradisiaco entorno que ofrece mucha tranquilidad.

Duodécimo día: (sábado 22/10/11)
El Valle de Kullu es el lugar más turístico de la región, ofrece una combinación
espectacular de montañas y campos. Nuestro hotel de madera y piedra está junto a la rivera del río Beas. Meditamos al amanecer junto al río y agradecimos el nuevo día bajo las altas montañas y la magnífica naturaleza que nos rodeaba.

Falta nos hacía este momento pues nos esperaban por delante 220 km. Durante siete horas en 4*4 por una de tantas carreteritas del Himalaya donde volveremos a conectar con esa forma tan peculiar y atrevida de conducir que tienen los hindúes. Los conductores y sus caras son apacibles, todo el estrés se les concentra en las manos y los pies.
Por fin llegamos a Chandigarh. Una ciudad que sirve de capital a dos estados: Punjab y Haryana. Sin embargo, es administrada de forma directa por el gobierno federal. Parece otra India; Chandigarh tiene 900.000 habitantes, es amplia, limpia y moderna. El primer arquitecto de la ciudad fue el suizo Le Corbusier, quien realizó el proyecto para la nueva capital del Punjab en 1951. Chandigarh recoge la mayor parte de las obras de Le Corbusier. Su población tiene un nivel de alfabetización de 97%.

Visitamos el Rock Garden, que es un jardín de esculturas creado por Nek Chand Saini (1924) que fue un artista marginal indio. Chand fue construyendo los jardines en unos terrenos olvidados de todos que no eran ni de su propiedad. Lo hizo en 1957 como iniciativa personal, en su tiempo libre y en secreto, transportando los materiales de desecho en bicicleta. Cuando su obra fue descubierta por las autoridades recibió respaldo oficial pudiendo terminar la obra y abriéndola al público.
Está completamente construido con residuos industriales, del hogar y artículos de desecho. Es famoso por sus esculturas de cerámica reciclada. Se compone de cascadas artificiales interconectadas y muchas esculturas de animales, personas, sacerdotes,…realizadas con chatarra y residuos: botellas, gafas, azulejos, pulseras,…


Trigésimo día: (domingo 23/10/11)
Hoy viajamos a Rishikesh. Otros 220 km. en nuestros ya tan familiares 4*4 conducidos por nuestros chóferes, a quienes les esperan otras intensas siete horas de tremenda carretera.

Rishikesh es una ciudad del estado de Uttarakhanda, ubicada en las estribaciones del Himalaya y que atrae a miles de peregrinos. Es muy espiritual y conocida como la puerta del Himalaya.

Rshikesh tiene una población de 60.000 habitantes que cruzan el puente de hierro que ofrece una bella panorámica de la ciudad y de ashrams y templos que se encuentran a lo largo de la orilla oriental del Ganges, río que fluye con gran fuerza a través de Rishikesh. Es también conocida como la capital mundial del yoga y la meditación. Los peregrinos se bañan en el río sagrado para conseguir la liberación espiritual.
Asistimos a la ceremonia de Arti en Parmarth Ghat, a orillas del río Ganges. Cinco de nosotras ya estuvimos el año pasado y sabíamos en qué consiste y cómo se vive. Es una ceremonia muy espiritual en la que todos los asistentes hindúes o de otras razas, se unen bajo un sentimiento de espiritualidad y armonía. Es el sentimiento de estar todos en un lugar espiritual junto a la gran madre Ganga donde las ofrendas desaparecen en el río iluminadas con sus velitas.


Cúa trigésimo día: (lunes 24/10/11)
Amanecimos frente a nuestra querida y familiar madre Ganga, donde dedicamos la primera hora del día a meditar y hacer yoga. Charlamos con un gurú quien nos transmitió la necesidad de aprender a vivir la vida con los problemas que también la forman; vivir siendo felices y en paz, sin importar lo que poseamos.
Es necesario el yoga a diario; su práctica consiste en una conjunción de mente, cuerpo y el alma, que ayuda a encontrarse a sí mismo a encontrar tu camino. La práctica del yoga exige tiempo, disciplina y esfuerzo. El yoga nos ayudará a gestionar mejor y con armonía nuestro día a día. También es posible y necesario hacer meditación a lo largo del día, en cada actividad y experiencia. Utilizar un sonido mental y repetirlo internamente; esta práctica nos ayudará a concentrar nuestra mente y dejarla en blanco, sin olvidar la respiración, que debe ser lenta y muy profunda. Hay que vivir el momento,
“el ahora”. Necesitamos mucha disciplina.

Relajadas y en armonía, visitamos el ashram donde se hospedan los peregrinos hindúes, que pagan según sus posibilidades: la voluntad o con sus servic ios. Disponen de una habitación, con cocinita y un pequeño patio.
En la parte trasera están las dependencias donde se hospedan los jóvenes que son educados para ser sacerdotes o gurús. Son jóvenes pertenecientes a las altas castas, lo que se aprecia en sus ropajes y modales.
Visitamos la zona del ashram dedicada a los occidentales; se pueden recibir clases de todas las disciplinas. Recibimos de manos de un gurú una ofrenda a orillas del Ganga, con toda su fuerza y bravura. Almorzamos en El pequeño Buda, un típico y divertido restaurante situado sobre el río y donde disfrutamos sabrosos platos.
Compras de maravillosos productos ayurvédicos: aceites, cremas, bálsamo de tigre; jengibre, sándalo,… y bellas pasminas,…..y un entrañable monito de Divali que siempre traerá los hermosos recuerdos de este lugar.
Última noche en Rishikesh. Mañana iremos hasta Haridwar donde tomaremos el tren hasta Delhi.


Quindécimo día: (martes 25/10/11)
Nos despedimos de nuestros queridos conductores Popi y Pitu, que nos han desplazado por las carreteritas de vértigo del Himalaya. Siempre sonrientes, amables y buenos compañeros de viaje. Se ha creado entre todos ese compañerismo y unión que solo hacen los viajes, especialmente viajes como éste que hemos vivido juntos.

Viaje en tren hasta Delhi. Visitamos el Parlamento, la residencia presidencial y la puerta de Delhi.

Era víspera de la fiesta de Divali (la fiesta de la luz); había un intenso tráfico
propio del día anterior a una gran fiesta.

Paseamos por un parque desde donde se veían los balcones de las casas iluminados y había bancos en círculo donde grupitos de ancianos tertuliaban tranquilamente.
Ya en el hotel despedimos a nuestro gran compañero Sandeep, quien nos acompañó y guió de nuevo en esta segunda aventura en India e Himalaya.




Vigésimo día: (miércoles 26/10/11)
En el aeropuerto de Delhi los trabajadores vestían prendas de festividad. Ese bello detalle lo apreciamos como una fiesta de despedida a las ocho aventureras  que posiblemente regresarán el próximo año a India:
esta vez al sur.
Ya vamos camino de Estambul de regreso cada una a nuestras casas repartidas en dos continentes: África y Europa.
India seguirá en nuestras mentes y almas durante un año más: sus gentes, olores, paisajes, montañas, ríos, espiritualidad, gastronomía, yoga, meditación, paz, hospitalidad, ...y grandes amigos, ……


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